jueves, 5 de octubre de 2017

PROYECTO SQUATTERS. CONTRAPUBLICIDAD





 El otro mundo de la religión es diferente al otro mundo del entretenimiento; pero se asemejan en que decididamente “no son de este mundo”. Ambos son distracciones y, si se viven continuamente, pueden volverse, como en la frase de Marx, “el opio del pueblo” y, por consiguiente, una amenaza a la libertad. Solo los que vigilan pueden mantener sus libertades y solo los que están constante e inteligentemente en el aquí y en el ahora pueden autogobernarse efectivamente por procedimientos democráticos. Una sociedad, cuyos miembros pasan buena parte de su tiempo  no en el presente, no en el aquí y en el ahora y en el futuro calculable, sino en otro lugar, en los otros mundos irrelevantes del deporte y las telenovelas, de la mitología y la fantasía metafísica, encontrarán difícil de resistir las invasiones de aquellos que controlan y manipulan la sociedad.

»En su propaganda los dictadores de hoy dependen fundamentalmente de la repetición, supresión y racionalización —la repetición de eslóganes que desean que sean aceptados como verdad, la supresión de hechos que quieren que sean ignorados y la estimulación y racionalización de pasiones que pueden ser usados en el interés del Partido o del Estado. Al tiempo que el arte y la ciencia de la manipulación son mejor entendidas, los dictadores del futuro indudablemente aprenderán a combinar estas técnicas con las distracciones interminables que, en el Oeste, amenazan con ahogar en un mar de irrelevancia la propaganda racional esencial para mantener las libertades individuales y la sobrevivencia de las instituciones democráticas». 

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