En esta fotografía podemos observar un maniquí envuelto en cinta aislante con un gran simbolismo. Desconozco el autor de la obra en sí, pero fue expuesta en Bairro Alto, en la calle de Atalaya. Tanto la fotografía como los retoques han sido realizados por un aficionado.
Observando la obra se puede llegar a la conclusión de que la figura representa al ser humano y la cinta aislante a los límites y prohibiciones que se le imponen. Pero siendo algo más detallistas podemos caer en la cuenta de que las cintas que más sobresalen y “aprisionan” al maniquí se sitúan en la cabeza y en las piernas. Creo que esto podría simbolizar que lo que más nos limita son nuestras propias mentes (véase que la zona en la que más abundan las cintas es en la cabeza) y que ello afecta a nuestra libertad, a la posibilidad de salir corriendo al atar nuestras piernas. Lo que más se ha querido criticar en esta obra es a las mentes cerradas, a aquellos que se dejan llevar y manipular por la sociedad; y es que cada vez interesa más que estemos menos culturizados y que a todos nos guste lo mismo para así limitar nuestros intereses e ideales y seamos más mansos a las manos del que mueve los hilos.
En cuanto a la fotografía en sí hay poco que comentar. El detalle de haber puesto todo en blanco y negro excepto al maniquí y las cintas tiene como resultado que nuestros ojos se fijen involuntariamente en la figura central al estar formada por rojos y blancos mucho más llamativos que los tonos grisáceos del fondo.
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